Josefina, los años están tatuados
en tu piel, cabellos plateados, pasos arrastrados, ojos cansados.
Josefina fue la maestra de pre
escolar de mi madre y de la mayoría de los cincuentones y cuarentones del sitio
en donde vivo, una Señora que lleva my bien sus mas de 85 años, con unos
cuantos hijos, varios fallecidos y viuda, la Doña aùn se mantiene en pie,
aunque arrastra sus pasos y se ayuda con un bastòn, aùn lleva la ropa hasta la
lavadora, cocina y sonríe a todo el que ve pasar a través de la reja de su
casa.
Josefina, como bien la llamo
Abuela, es la dueña del garaje en donde guardo mi carro, y desde pequeña la
recuerdo igual..tantas veces jugué con sus nietos en el patio de su casa,
tantas aventuras dibujamos en los verdes de su solar… luego, un poco mas grande
ya, recuerdo las peregrinaciones de la Virge Rosa Mistica, encabezada por las
ya ausentes Doña Marìa y Doña Ana, y seguidas por Catalina, Josefina, mi madre
y otras doñas mas, yo las ayudaba a leer el rosario y luego aprovechábamos el
chocolatico caliente para una buena tertulia..Que buenos recuerdos, y no los
recordaba sino hasta hoy, cuando tuve la oportunidad de conversar con ella después
de mucho tiempo…me sorprende su lucidez y me acongoja su soledad…tantos hijos,
y ella mira la calle sola a través dela reja, ya no distingue bien, sus ojos están
desgastados, pero hay algo que no se ha desgastado en ella, su temple…me dijo decidida
“ VOY A VENDER LA CASA,PARA QUE NO SEPELLEN ENTRE ELLOS”, pues se refería a sus
tantos hijos, que sin ella haber muerto ya están peleando por sus pocos bienes,
pues que tristeza, ella debería estar pasando los pocos tiempos que les queda
tranquila, no preocupada en repartir lo que con años le costo levantar…esto me
hizo reflexionar a cerca de lo egoísta que podemos llegar a ser, y a recordar
lo mucho que amo a mis viejos y sentir que jamás dejaré que miren solos a través
de las rejas..después de haberme dado la vida, haberme amado y criado, es lo
menos que puedo hacer
Josefina, mucho es el tiempo
que ha pasado y poco el que queda, tanta historia, tanta sabiduría…