Conversaciones con Dios I, es el título del libro que
devolvió a mi vida cosas que pensé que se habían marchado para siempre, y esas
cosas a su vez trajeron este libro a mi vida…suena extraño pero así es. Tras un
par de meses leyendo y a la mitad de libro he conseguido respuestas a muchas
preguntas que a lo largo de mi vida me he hecho, tanto en el plano espiritual
como en el sentimental. Lo que me trae a estas líneas es el tema a cerca de las
relaciones personales, reflexioné cuando leí que no tenemos obligaciones con
nadie ni con nada, que sólo tenemos oportunidades, oportunidades de crecer,
oportunidades de compartir, además reflexioné a cerca de lo que según el libro
Dios dice que es el fundamento de una relación, dejar de pensar en satisfacer
la necesidades, que amar no implica necesitar, ni complacer las necesidades de
otros, no es complementarnos, es compartir nuestra plenitud, es estar completos
y compartirlo con el otro. Relacionarnos, como bien dice el libro debería basarse
en ver quien ES REALMENTE EL OTRO sin ilusiones, y mostrase REALMENTE COMO UNO
ES, es crear oportunidades de vivir la
idea mas elevada de nosotros mismos.
Ciertamente, si fuésemos consientes y objetivos a la hora de
relacionarnos, y dejáramos a un lado el enamoramiento, comenzando con ver las
verdades sin idealizaciones del otro, sin pretender que nos demuestren nada,
sin pensar a cada segundo en la manera de mantener al otro a nuestro lado, y
nos enfocáramos en ser nosotros mismos, y digo nosotros mismos de forma positiva, ser las personas que realmente
debemos ser, en amarnos, respetarnos y cultivar nuestro espíritu, en esa medida
también el otro lo hará. No importa cuanto dure, lo importante es no pensar en
el beneficio que el otro traerá a nuestra vida, sino en la oportunidad de SER y
compartirlo.
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