Ya han pasado casi 9 meses desde que empezó mi locura por correr, asfalto, arena, montaña, parques, 5k, 1k, 21k…52k…si, 52k de montaña!, a mediados de mayo se me ocurrió la idea de Inscribirme en el Ultra Race IDACA, 21k, 52k y 80k…Todo el mundo que me rodea dice que estoy loca, y yo me siento loca y feliz…
Pues en ese momento empezó lo que hoy es otra pasión para mi, entrenamientos largos, fuertes y exigentes, el primero de ellos 35k, en la temperatura extrema de las montañas de Chichiriviche de la Costa, estaba lesionada, una tendinitis dolorosa en el pie derecho que luego se combinó con una facitis plantar…dolor intenso, pero la pasión por aquello era mas fuerte, corrí y camine, llore, me pregunté mil veces que hacia ahí…encontré compañeros de ruta geniales, apoyo moral, y culminé la ruta…adolorida y agotada, pero feliz…fue ahí en adelante me entregue a los entrenamientos, cada uno mas intenso cada vez…
Ustedes dirán que es una locura sufrir con las ampollas, la fatiga muscular, y lidiar con el día a día, pero les cuento que esto es un Opio para los que lo practicamos, es sencillamente genial, sin importar nada.
Estas experiencias me enriquecen a nivel espiritual, no se imagina todo lo que puedes meditar, analizar y lograr en mas de 5 horas de entrenamientos continuas, aprendes a conocer tu límites, tus fortalezas, descubre de lo que eres capaz, aprendes a manejar tu mente, y a esto le sumo lo más mágico de todo, la gente…la gente que hace este tipo de cosas vibra en frecuencias distintas, hay compañerismo, apoyo, risas…pasan a ser parte de tu vida, las vivencias de la montañas nos unen…
Gracias a muchos de ellos he podido terminar entrenamientos en los que siento que desfallezco, me he sentido protegida y querida…y eso tiene un valor especial para mi..
Definitivamente estoy agradecida con Dios por permitirme ver el mundo desde la cima de una montaña, agradecida porque he conocido lugares hermosos con tan solo correr, he conocido gente genial que me encantaría que permanecieran en mi vida por una larga temporada, por su buena vibra y la magia que nos une.
Ojala pudiera describir lo que se siente esta pasión, es salir de una jornada agotadora de trabajo y sin embargo correr 20 k en el cortafuego del Avila valida de una linterna frontal y muchas ganas de entrenar, y terminar a las 9pm y manejar de regreso a casa, es levantarme a las 4 am los fines de semana y manejas 2 horas para ir a entrenar mas de 5 horas y regresar a casa…definitivamente esto es amor a la montaña…
Siento la brisa, el sol y la tierra, siento la magia que envuelven tus senderos…
Sólo ahí encuentro la frecuencia en la que a mis pensamientos les gusta vibrar…
Buena vibra…gracias por leerme
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