sábado, 14 de mayo de 2011

DAR

Quisiera escribir un poco mas a cerca de DAR, pero antes les cuento que, una experiencia un tanto dolorosa que estoy viviendo me lleva a la iluminación, tal como lo dicen las líneas del "PODER DEL AHORA", esa iluminación que nos lleva a entender HOY el significado de cada cosa que nos sucede, de lo que eso causa en nuestro SER, y aprovechar esto para CRECER...si, el dolor también es una vía para crecer...tomo de cada situación lo que me sirve para seguir este camino...no me resisto a sentir...solo siento (lo que sea que eso sea), observo lo que causa en mi, lo acepto y aprendo...
Esto, si se quiere, pudiese ayudarnos a definir o conocer lo que pasa cuando el DAR esta en desequilibrio..para mi, DAR sin recibir, quizás me hizo sentir frustrada alguna vez, pero hoy me siento satisfecha y feliz de cada segundo que DI, porque dentro de un escenario indefinido realmente no sé si se valoró o no, lo que si es cierto es que  a través de eso HOY sé en realidad el valor que tiene para mi y descubro que amo desde la compasión, ... tengo la convicción de que ese amor hace girar mi mundo..y es MI amor...sin condicionantes externos...SOY...SIENTO Y APRENDO...

Observa lo que sientes.... siéntete...de seguro comprenderás lo que pasa en ti y verás diferente...
Les dejo una historia, que alguien me contó, y hoy complementa estas lineas:
Una bella princesa estaba buscando consorte. Nobles y ricos pretendientes llegaban de todas partes con maravillosos regalos: joyas, tierras, ejércitos, tronos... Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo que no tenía más riquezas que el amor y la perseverancia. Cuando le llegó el momento de hablar, dijo:
—Princesa, te he amado toda la vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas. Esa será mi dote.
La princesa, conmovida por semejante gesto
de amor, decidió aceptar:
—Tendrás tu oportunidad: si pasas esa prueba, me desposarás.
Así pasaron las horas y los días. El pretendiente permaneció afuera del palacio, soportan-do el sol, los vientos, la nieve y las noches he-ladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente súbdito siguió firme en su empeño sin desfallecer un momento.
De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, que con un noble gesto y una sonrisa aprobaba la faena. Todo iba a las mil maravillas, se hicieron apuestas y algunos optimistas comenzaron a planear los festejos.
Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona salieron a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, pero cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la princesa, el joven se levantó y, sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar donde había permanecido cien días.
Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la co-marca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa:
__
— ¿Qué te ocurrió? Estabas a un paso de lograrla meta, ¿por qué perdiste esa oportunidad?¿Por qué te retiraste?
Con profunda consternación y lágrimas mal
disimuladas, el plebeyo contestó en voz baja:
—La princesa no me ahorró ni un día de sufrimiento, ni siquiera una hora. No merecía mi amor.
Cuando estamos dispuestos a dar lo mejor de nosotros mismos como prueba de afecto o lealtad, incluso a riesgo de perder nuestra dignidad, merecemos al menos una palabra decomprensión o estímulo. Las personas tienen que hacerse merecedoras del amor que se les ofrece.


Evidentemente, los resultados de lo que pienses y sientes, dependerán de cada situación, es muy posible que ese DAR sea recompensado a final de cuentas, sólo que debes esperar...lo cierto es, que es incierto...puedes esperar 100 días y descubrir lo que realmente la "princesa tenia que decir" o esperar 99 y retirarte con tu aprendizaje...simple cuestión de "libre albedrío"..

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