Catia La mar, 8:00 am, una mañana tranquila, comenzaba a ponerse el sol fuertecito, todos con ganas de comenzar a correr, sonrisas en las caras, protector solar, estiramientos y adrenalina…
Las expectativas individuales convergían con las colectivas, definitivamente muy buena vibra se respiraba…Ahora si señores, a calentar, la adrenalina fluía y el sol mas caliente…comenzamos, cada quien a su ritmo…
Fueron pasando los minutos, y a decir verdad, el clima cada vez mas rudo, escuchaba voces de animo, que más que alentar a otros lo hacían para si mismos, definitivamente la fortaleza mas que física tenia que ser mental…pasaban los minutos y sentía que podía seguir a pesar del calor y la fatiga física, y como dice un compañero de ruta “nos probamos a nosotros mismos”, si, en cada recorrido me pruebo a mi misma de que estoy echa, me demuestro que puedo correr cada vez más sin importar el clima, la dificultad de la ruta, el cansancio, todo esta dentro de mi.
A pocos metros estaba la tan esperada “subidita”, Dios! Ya se me había terminado el agua y el calor era mas intenso, miré hacia arriba y me dije “bueno negra, échale piernas, no abandones aquí, go!”, y subí, subí y subí, con la boca seca y mas fatigada que antes, cuando llegue al final de la cuesta me sentí aliviada…emprendí el regreso y escuchaba a mis ruteros decir casi sin aliento “tu puedes” , y pude, pudimos!
Excelente ruta, cada recorrido es una experiencia nueva…como he dicho en otras líneas, la vida es una carrera, y cada km recorrido es un reto…
Buena vibra!
“el vaso medio lleno, medio vacío mi niña, sólo depende de ti” (Macaco)
Patarucos, son geniales!
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